25 años de ALAFAVE y del inicio de una familia

Hace 25 años, tres visionarios tuvieron la idea de unir a fabricantes de velas de América Latina con proveedores mundiales de la industria, con la intención de optimizar los procesos productivos de las fábricas del continente, mejorar la calidad de los productos y generar oportunidades de negocios. Y es así como, luego de muchas gestiones, en 1999, en Cancún, México nace la Asociación Latinoamericana de Fabricantes de Velas (ALAFAVE). 

Detrás de esta iniciativa empresarial, también había un deseo de integración, de fomentar el intercambio de experiencias y conexión personal con colegas de otras latitudes. 25 años después, se puede decir que más que una Asociación con un objetivo profesional y de negocios, ALAFAVE es una gran familia.

En esta edición de Punto de Fusión, nos complace tener a estos tres visionarios: José Luis Montes, William Muench e Ismael Rivero, narrando la historia de esos primeros años, los retos que se presentaron, haciendo un balance de los objetivos logrados y trazando algunas ideas hacia el futuro. De igual forma, traemos el testimonio de su primera directora ejecutiva, Malen Sid, quién ayudó a formar esas bases iniciales sobre la que se edificó la Asociación que ahora conocemos.

José Luis Montes

«Gran parte del conocimiento que tienen muchos fabricantes latinoamericanos se debe a ALAFAVE»

¿Qué te motiva a iniciar todo este movimiento? 

Cuando empecé a viajar para Bareco Products como gerente de ventas LATAM en 1996, me di cuenta que muchos colegas tenían los mismos problemas que yo tenía cuando trabajaba en la fábrica de mi familia en México. Además, yo había sido miembro de la junta directiva de la Asociación de Fabricantes de Velas de Norteamérica (NCA, por sus siglas en inglés) y vi que podíamos hacer algo similar, dándole información a nuestros colegas para ayudarles a mejorar sus procesos.

¿Cómo empiezas a darle forma a esta idea?

En julio de 1998, decido organizar una conferencia en Cancún y hablo con mis amigos de OMP, Pabilos Comerciales, AromaTech y Penreco para que cubriéramos los gastos básicos. Todas las presentaciones fueron técnicas, ya que hicimos un pacto de no usar el podio para vender. Esta convocatoria fue un éxito y logramos una participación de 105 asistentes.

Luego de esto, Ismael Rivero, William Muench y yo nos apuntamos para darle seguimiento, aunque al regresar a nuestros países, esto se enfrió un poco. Pero en enero-febrero de 1999 empecé a recibir llamadas de gente preguntando cuando era la conferencia de ese año.

¿Cómo surge la primera directiva de ALAFAVE?

En febrero de 1999, me reúno con Ismael en Venezuela y luego, en la reunión de primavera del NCA, nos juntamos con William para empezar a darle forma a un documento que presentaríamos en Cancún a finales de julio. En ese segundo evento, Ismael presentó la idea de la asociación y ahí mismo los asistentes nombraron gente para la primera junta directiva, eligiéndonos a Ismael como presidente, William como vicepresidente y yo como tesorero.

Acordamos reunirnos en Miami para establecer legalmente ALAFAVE en los Estados Unidos, abrir una cuenta con los USD 3,000 que había dejado la conferencia, más las cuotas de membresía que habíamos pagado los miembros de la junta directiva. De igual forma, acordamos que Malen Samper quedaba como secretaria ejecutiva.

¿Qué sientes 25 años después?

El que gran parte del crecimiento y conocimiento que hoy tienen muchos fabricantes en América Latina haya salido, directa o indirectamente, de ALAFAVE me llena de mucha satisfacción, al igual que el haber logrado los congresos mundiales. Hoy día sigo comprometido con la idea de promocionar el uso de las velas en la región y defender a nuestra industria y eso debe ser el norte de ALAFAVE para los próximos años.

William Muench

«Logramos hacernos un nombre en la industria mundial representando a los fabricantes del continente»

¿Cómo te involucras con la idea de formar una asociación?

Los primeros comentarios los recibo hacia finales de 1996 cuando, en una reunión de la NCA, José Luis Montes me pregunta si sería factible que se formara algo similar en América Latina y le dije que lo veía como una gran oportunidad y que contaba con mi apoyo. 

En el 98, participó en una reunión en Cancún para dar una presentación sobre las actividades de la NCA y los temas técnicos que apremiaban a nuestra Industria velera a nivel global y allí surge una primera intención de asociarnos. 

¿En qué momento nace ALAFAVE?

Ya en la segunda reunión de Cancún, nuestro colega Ismael Rivero de Venezuela llegó preparado con el nombre ALAFAVE, un logotipo y muchas ganas de formar la asociación. Con el apoyo unánime de los participantes, se conformó la primera mesa directiva con Ismael en la presidencia, José Luis como tesorero y yo como vicepresidente y se nos exhorta a convocar el siguiente congreso para el 2000. 

¿Qué logros destacas en estos 25 años?

Es muy significativo el crecimiento de la asociación en términos de membresía, la difusión de información técnica en español, el fortalecimiento y cooperación entre colegas veleros el cual no existía y de igual manera, logramos hacernos un nombre en la industria mundial representando a los fabricantes del continente y, desde esa posición, impulsamos la organización de los congresos mundiales con las asociaciones hermanas de Estados Unidos y Europa. También hemos apoyado la creación de empresas exportadoras a los mercados de alto consumo. 

¿Cuáles son los retos para los próximos años?

Debemos trabajar en conjunto con las asociaciones hermanas (NCA y ECMA) para defender la industria velera con una sola voz, vinculandose en la contratación de estudios científicos que apoyen, con datos sólidos, la defensa de nuestra industria contra las acusaciones e información falsa. 

Hay que seguir difundiendo información técnica y promoviendo la colaboración entre colegas para mejorar la calidad y el uso seguro de las velas. Motivar la creatividad e innovación y fomentar el consumo de la vela en Latinoamericana para alentar la creación de fuentes regionales de trabajo.

Un comentario adicional…

Quiero destacar el apoyo incondicional de Malen Samper en esos inicios, prestando una esquina de su despacho para la creación de ALAFAVE; ella fue una pieza clave en el éxito de ese segundo congreso en Miami, con el que ya se empezaron a cimentar unas bases más sólidas. Al final del 2000, ALAFAVE contrató a su primera administradora, la muy querida María Sánchez, quien contribuyó mucho a construir esa familia que ahora somos. 

Ismael Rivero 

«Queríamos fomentar el intercambio de experiencias personales y empresariales»

¿Cómo recuerdas esas reuniones iniciales?

En 1998 recibí una invitación de José Luis para asistir a un encuentro de fabricantes de velas en Cancún, como preámbulo a una idea de integración. Desde un principio me pareció muy interesante la propuesta, pero me resultaba poco conveniente que una convocatoria de ese tipo fuese auspiciada solo por proveedores de materias primas, sin una representación de los mismos industriales de las velas para la definición de los objetivos. 

¿Cuáles eran los objetivos que se plantearon?

En ese emblemático encuentro de Cancún, los objetivos estaban orientados a la promoción de los negocios de manufactura de velas en Latinoamérica, propiciar el intercambio tecnológico entre fabricantes y proveedores de la industria y, naturalmente, compartir experiencias personales y empresariales para realzar esta hermosa actividad centenaria.  

Además, por intermedio de William Muench, que formaba parte de la directiva de la NCA y que no solo respaldó la iniciativa desde el principio, sino que se constituyó en un baluarte para la creación de ALAFAVE, se estableció un nexo con dicho gremio y por extensión con la asociación europea, lo cual también nos dio una proyección global necesaria para ese momento y una orientación para nuestros primeros pasos. 

¿Cómo fueron los primeros años de ALAFAVE?

Los inicios fueron altamente profusos en temas de carácter organizativo y proyectos para servir a la industria. La Biblioteca de Información Técnica, los talleres de formación y difusión de conocimientos, nuestro boletín «Punto de Fusión» y su sección «Pregúntale a Dr. Vela», los encuentros sociales, la camaradería y amistades surgidas a la luz de nuestros encuentros, son de los elementos más destacables. 

Es menester resaltar el invalorable apoyo de Malen Sid en las primeras horas de nacimiento de ALAFAVE, antes de la contratación de nuestra querida y recordada María Sánchez, Secretaria Ejecutiva de la Asociación desde finales del 2000 hasta el 2013.

¿Cuál es el trabajo de ALAFAVE para los próximos años?

Un cuarto de siglo, en tiempos de profundos cambios tecnológicos como los que vivimos, es un plazo de vida extenso para cualquier empresa u organización. La realidad actual es muy diferente a aquella de los hombres y mujeres que impulsamos la construcción de ALAFAVE. 

Nuestra economía regional tiene limitadas expectativas de crecimiento y los costos de inversión para la renovación del parque tecnológico solo están al alcance de pocos.

Debemos aprovechar este aniversario para recoger las ideas y opiniones de los que ahora lideran las empresas de velas en nuestros países y sacar de esa investigación algunos proyectos para complementar la andadura de los próximos 25 años porque, definitivamente, nuestro rol como Asociación es seguir promoviendo el consumo de las velas, defender a la industria y fortalecer las competencias técnicas y de negocios de los fabricantes del continente.

Malen Sid

«En esa época, casi todo era por teléfono y yo llamaba a los consulados buscando a los fabricantes de cada país» 

¿Cómo te involucras con el proyecto?

Yo trabajaba en una empresa de insumos para mechas y por alguna razón, contacté a José Luis y me comentó que algunos proveedores estaban organizando una reunión en Cancún para sus clientes de Latinoamérica y decido participar. Esto se repitió al siguiente año, pero ya con la visión de formar una Asociación, y yo participé en representación de la misma empresa proveedora.

¿Cuándo entras como parte de ALAFAVE?

Yo vivía en Miami, tenía una pequeña bodeguita en la que guardaba algunos insumos para la distribución de mis productos en la zona y como habían decidido colocar a Miami como sede de la Asociación, me pidieron si podía ayudarles y es así como, en algún momento, mi oficina también se vuelve la oficina de ALAFAVE. 

Luego cuando se decide que la próxima conferencia sería en Miami, automáticamente cae sobre mí toda la responsabilidad de la organización del evento. Recuerdo que puse a todos los míos, colaboradores, familiares, amigos, a que me ayudaran a sacar adelante este reto. En esa época, casi todo era por teléfono y yo me ponía a llamar a los consulados buscando datos de fabricantes de velas en los países para invitarlos a participar. Ese congreso fue fabuloso y fue un éxito con más de 100 participantes. 

¿Cómo era esa dinámica de la primera junta directiva?

Trabajamos divino. Ismael siempre muy formal y firme en sus posiciones; cuando yo decía «A» él decía «B» (risas), José Luis siempre con chistes y de buen humor, William contándonos las historias; fue un grupo muy lindo, siempre muy unidos para hacer crecer ALAFAVE. Esa etapa la recuerdo con mucho cariño y de mucho aprendizaje. Ya luego entró María, que fue una belleza y yo me fui desvinculando de esta dinámica porque ya había asumido responsabilidades con Sao Vitor.

¿Qué sueñas para ALAFAVE?

Me gustaría que ALAFAVE creciera mucho más y tuviera mayor presencia en la región, mediante delegaciones o comités en cada país, para que se expanda aún más el conocimiento sobre velas y se fomente localmente el emprendimiento a las nuevas generaciones. 

Es verdad que los problemas políticos y económicos en los países dificultan este camino, pero hoy en día con la virtualidad es mucho más fácil captar nuevos miembros y divulgar la información. 

De mi parte, siempre estaré conectada con este proyecto y me emociona verlo ahora entrando en su adultez, después de haberlo tenido en mis brazos como a un bebé. 

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